Olvidarte

nunca podría olvidarte, aun así el desierto sin ti se vea vago y me haga delirar,
no podría olvidarte en mis noche de pena, porque es por ti que estoy así
no podría olvidar en las mañanas cuando compartíamos un desayuno y me abrazabas porque tenia frió,
no podre olvidar tus caricias porque sé que tu no olvidaras las mías,
no podría olvidarte porque el único sentimiento que puedo sentir hoy es el de los atardeceres de perdones y de las reconciliaciones,
no podría olvidarme de ti aunque quisiera,
aunque en el mundo hay miles de personas a diario que nos distraen para no dejarnos ver, no podría olvidarte...

In

entenderá, que solo queda dolor, que su madre solo guardara lineas de historias hermosas para contarle y que su padre, algún día de su vida, buscara entre sus muertos su alma para recogerla y volverla a tirar, una y otra vez sin ningún dolor...?

se uno mas de los que maté, como yo, que me mato cada día sin que nadie lo sepa

extraño sentirte y aquella noche de enero, me arrepentía cada segundo por perderte, por que tu sabes que mi amor es tuyo.

yo nunca te he dejado de amar 

hice lo que me decías en sueños y amé, amé al que un día nos mataba sin saberlo, sin preocupaciones y sin un cuchillo en la mano. 

tu vuelves a nosotros para amarnos sin ningún dolor, aunque nos quieran volver a disparar con un revolver?, aunque cambien su cascará y por dentro sigan siendo igual?.

pero ella

La amaba con ese amor terrible, posesivo, absoluto con que aman los niños solitarios... 

No podía imaginar su existencia sin ella, sin su incesante parloteo, su curiosidad, sus caricias infantiles y la ciega admiración que ella le manifestaba. Ella pretendía tragarse el mundo y él vivía abrumado por la realidad. 

Él lamentaba de antemano las desgracias que podían separarlos, pero ella era muy niña para imaginar el futuro.

Ambar

Todos los caminos conducían a ella, mientras se transitaran hacía el lado correcto, lo supe una mañana cuando me dí cuenta de que había conducido 6 años en dirección contraria y su sonrisa aparecía más en mi mente que cruzando el umbral de mi puerta.

Este domingo

Adorada mía:

Vuelvo a escribirte otra vez, te echo tanto de menos que es algo terrible. ¿volveremos a vernos? Hay momentos en que lo dudo. ¡es horrible, horrible! Y no me consuelo el pensar que nunca has sabido cuanto te amaba. Ahora que es demasiado tarde tengo la impresión de que no me he desahogado bastante. Podría llorar durante horas; pero como tú (me conozco), Tengo miedo de abandonarme. Soy el hombre de los extremos y del suicidio.